Jimena Peñalva llora. Lo hace ante todos. Y todos son unas 150 personas al menos, que, por unos instantes, guardan silencio. Hace 10 días -cuenta Jimena- estaba en su casa, situada en la calle Santo Domingo al 800, con su hija de cinco años. Entraron, le pusieron una pistola en la cabeza, robaron y se fueron.
Es jueves, son las 21 y frente a la Comisaría de Yerba Buena se ha congregado un grupo de vecinos en lo que han dado a llamar el 21N, una movilización en reclamo de seguridad, que se prolonga durante dos horas, más o menos.
Así como Jimena, muchos otros, a los gritos, les enrostran a Mario Núñez y a Carlos Carrillo, jefe de la Zona II de la Unidad Regional Norte y jefe de la comisaría, respectivamente, los hechos delictivos de los que fueron víctimas o han oido hablar.
Los comisarios han salido a recibir a los ciudadanos, e intentan calmar sus ánimos y dialogar con ellos. Pero el encuentro es un coro a voces.
Una señora dice que algo ha pasado, porque en los últimos meses ha habido una "explosión de asaltos". Otra mujer opina que la zona donde vive Jimena "está liberada". Un muchacho que juega al rugby pide respuestas sobre un barrio, conocido como Ciudad Oculta. El director de un colegio añade que en el sistema de emergencias telefónico 911 no atiende nadie. Otro manifestante cree que dos autos y 12 caballos (en referencia a la adquisión anunciada por el intendente Daniel Toledo para la Policía, en la edición de ayer de LA GACETA) "es una burla". Y la mayoría estalla en comentarios y críticas cuando los jefes policiales les responden que la Patrulla Motorizada dispone de unos 100 efectivos para el municipio, que están trabajando en tareas de prevención e investigación e intentan explicarles cómo funciona el 911.
Luego, les anuncian que en estos momentos están trasladando, desde Bahía Blanca, a dos personas sospechosas de haber participado en el asalto ocurrido la semana pasada en el country Las Rosas, y que fue el detonante de esta protesta, cuya convocatoria se efectuó a través de Facebook y de grupos de WhatsApp.
Al término de la reunión, los presentes acuerdan efectuar otra marcha, probablemente la semana que viene en la sede de la intendencia, puesto que no se sienten conformes con las contestaciones recibidas.
El viernes pasado, otro grupo de ciudadanos protestó frente a la intendencia, en reclamo de protección para quiénes practican deportes al aire libre, principalmente, luego de que se registrara un ataque a un ciclista para robarle la bicicleta.